#5. La sorpresa son las otras
Conocemos bien la historia porque viene de muy largo. La ciudad se ha construido sobre el despojo de sueños y esperanzas, con el esfuerzo y sudor de quienes la hicieron juntos mejor. Recordemos, por ejemplo, la lucha vecinal que tuvo lugar medio siglo atrás. La ciudad que nos acoge la forjaron, en parte, entonces. Mano a mano, mediante esfuerzos colectivos que nos muestran que la ciudad nos sorprende, constantemente, al descubrirnos lo que es posible hacer con otras.
Piel, vestido, clase, origen y acento:
La ciudad es el lugar de las distintas y diversos.
Diversidad mundana, identidad humana
Estamos condenados (aunque no lo queramos) a entendernos
Vivimos solas en compañía de otras,
habitamos la ciudad entre extrañas
Donde la norma que rige es la que señala
la desatención cortés gobierna la calle gobierna la plaza
Rutina diaria, repetición de la pauta (no para)
y pese a todo encontramos la creatividad inesperada
Habitantes y vecinas que nos declaran
la posibilidad distinta de la ciudad ilimitada
Calles moradas, puntos violetas
Rodar a pedales, huertos vegetales
skaters en gradas, otakus en plazas,
cometas en cielos, raperas en parques
Autónomas, insurgentes,
liberadas e irreverentes
La ciudad: la gente
la inventa constantemente
La ciudad es una invitación a habitar con el distinto
El lugar donde la fricción y el desencuentro
generan un nuevo vínculo
Hacer ciudad es habitar el conflicto (hacer ciudad es habitar el conflicto)
Sobran los consensos que suprimen controversias
Sobra el ciudadanismo que excluye diferencias
Habitemos el conflicto de la diversidad villana
Abracemos la sorpresa de la extrañeza urbana
La ciudad es un territorio incierto
Donde el futuro posible está demandando riesgos
Arriesgar es relacionarse con la extraña
para explorar futuros no descubiertos
Paisajes áridos de individualismo
Donde se abren grietas para un habitar distinto
La fricción define la relación villana
Y hacer ciudad juntas es habitar el conflicto
Dialogar escuchando activamente
sin la respuesta, con el oído pendiente
Abrazar la curiosidad
y descubrir al que tenemos enfrente
Y en el viaje alumbramos otro habitar
Nos internamos en otra ciudad
Que nos descubre, queridas villanas
que en cada esquina hay una posibilidad
La ciudad es una invitación a habitar con el distinto
El lugar donde la fricción y el desencuentro Generan un nuevo vínculo
Hacer ciudad es habitar el conflicto
Hacer ciudad es habitar el conflicto
Sobran los consensos que suprimen controversias
Sobra el ciudadanismo que excluye diferencias
Habitemos el conflicto de la diversidad villana
Abracemos la sorpresa de la extrañeza urbana