Primera parte: De la docencia “in line” al aprendizaje online: la liberación de la pedagogía
Los últimos dos meses han transformado mi docencia. Han sido gestos pequeños que sin embargo me abren la posibilidad para imaginar formas alternativas de encarar un futuro incierto donde la docencia habrá de transformarse. No soy un defensor de la educación exclusiva online aunque creo que los tradicionales sistemas de enseñanza se encuentran aún anclados en las formas de aprendizaje del siglo XX que ignoran completamente las posibilidades que las tecnologías digitales. La docencia online (híbrida) nos ofrece una oportunidad para re/mediar formas caducas de enseñanza: poner remedio a sus males cambiando el medio en el que aprendemos.
Como he señalado en otra breve pieza, es seguro que en los próximos meses se abrirá un debate intenso sobre la docencia y los aprendizajes online, estamos obligados a ello. Hacerlo de manera adecuada resulta esencial, y para ello deberíamos establecer marcos conceptuales sólidos (y evitar las conceptuaciones maniqueas de lo digital), evidencias empíricas con las que pensar y de las que tomar inspiración y, cierta buena voluntad que resulta necesaria para sacarse de encima la inercia de una institución demasiado parsimoniosa.
En lo que sigue señalo dos gestos a los que me ha llevado la situación actual, ninguno de ellos tiene mayor transcendencia pero para mí son ejercicios que me permiten abrir preguntas sobre mi actividad como docente, los modos de aprendizaje en la universidad y las posibilidades de remediar una actividad que debe enfrentarse a enormes problemas en la actualidad.
Documentos abiertos, docencia abierta
Una de las decisiones que he tomado ha sido abrir los materiales de mi docencia. Apuntes que anteriormente solo compartía ocasionalmente entre mis estudiantes he decidido distribuirlos de manera amplia en mi propia página web y en la plataforma xcol.org dedicada a repensar las formas de experimentación antropológica. Los apuntes de clase, las notas que utilizamos los profesores, son unos de esos múltiples géneros ocultos de la academia: documentos que no circulan públicamente a pesar de su valor. Bien es cierto que hay profesores y profesoras que los elaboran y distribuyen entre sus estudiantes, pero hay quienes ni siquiera entregan sus diapositivas: “es mi trabajo y no lo voy a dar así como así”, he escuchado decir”. Pues bien, mi opción pasa por llevar al extremo la posición contraria.
He decidido publicar los apuntes que utilizo en clase. Tengo que reconocer que me ha costado y aún tengo dudas sobre ello. Las razones son múltiples. La primera es que son textos poco elaborados que surgen de notas esbozadas y por lo tanto carecen de la solidez de los textos académico y géneros convencionales a los que estoy acostumbrado (sea un artículo o un capítulo). La segunda razón es que algunos de esos temas no corresponden a mi especialidad, esto hace que la inseguridad sobre su solidez se acentúe aun más. Aún así, creo que pueden resultar útiles si se leen como aquello que son: notas elaboradas para iniciar el debate en una clase en relación a una cierta temática.
El nombre que le he dado a la modesta iniciativa (y que continuaremos desde xcol.org) es open#doc. una referencia directa a la cultura abierta del software libre (aquí más sobre ello). Siguiendo la práctica tan propia en estas comunidades he publicado los documentos con una licencia libre de tipo Creative Commons de tal forma que pueden usarse libremente. Open#doc. hace referencia pues a la apertura de esos documentos pero también a la posibilidad de ‘abrir’ la docencia más allá de las aulas donde esta se encierra. Ignoro a quién le pueden resultar de utilidad pero ahí están para probarlo.
Trabajos multimodales
Una de las nueva asignaturas que imparto este año es Antropología del arte, su anterior responsable fue Ricardo Sanmartín, un reconocido especialista de ese área. Aunque mi actividad profesional me ha llevado a circular habitualmente en entornos artísticos de Madrid, entre ellos Medialab-Prado, Intermediae y Matadero o incluso el Museo de Arte Contemporáneo de León (MUSAC), la antropología del arte no es mi especialidad. Quizás eso me ha llevado a lanzar una invitación a los estudiantes para que experimenten con formatos diversos en las actividades de aprendizaje.
A principio de curso los estudiantes realizaron una serie de trabajos en torno a las historias de arena de los Walbiri (Walpiri), un pueblo aborigen australiano. Los estudiantes estudiaron y tuvieron que elaborar una historia utilizando el vocabulario y los diseños de los Walbiri. El desplazamiento al online ha ampliado incluso más las posibilidades para esas experimentaciones. El trabajo en grupo que tenían asignado y que debían ser presentado a través de un formato no convencional como una exposición, una performance o una creación audiovisual, ha pasado a ser materializado utilizando diversas tecnologías digitales. Varios de los grupos han elaborado cuentas de Instagram a través de las cuales desarrollar su actividad sobre temáticas que van desde la propiedad intelectual en el flamenco hasta las formas de visión y la antropología de la memoria, las distinciones entre el arte y la artesanía o la antropología sensorial. Otros han optado por hackear y reformular el Monopoly, siguiendo la estela de propuestas como las de Anthropologycon. Una estudiante está explorando las posibilidades del cómic y, además de eso, espero otras sorpresas.
La propuesta sigue la senda de las recientes discusiones en torno a las antropologías multimodales de años recientes donde la multimodalidad es una invitación a ir más allá del visualismo y logocentrimo tradicional de nuestra disciplina: la obsesión con la vista como sentido fundamental para la producción de conocimiento y el texto como vehículo exclusivo para su expresión. Diría que cuando traemos la multimodalidad al interior de los espacios docentes y de aprendizaje lo que nos pide es salir al exterior, a ese vasto espacio que es Internet y que nos puede sorprender de una y mil maneras.
Remediar el aprendizaje en la universidad
Los próximos meses (y quizás años) nos van a obligar a repensar radicalmente nuestra docencia. Más que la contraposición entre el online y el offline, la presencialidad y la virtualidad, quizás esta situación compleja nos ofrece una oportunidad para pensar en los aprendizajes a través de sus múltiples medios y diferentes mediaciones. No me refiero con medio únicamente a las tecnología de la comunicación sino a las múltiples tecnologías y dispositivos que están implicados en los aprendizajes: desde un libro a una pizarra, desde un pupitre aun entorno virtualizado en moodle (o cualquier otra infraestructura digital), desde una ensayo escrito a una cuenta de Instagram. Diferentes medios y distintas mediaciones que permiten explorar otras formas de aprendizaje.
El momento actual nos pide que pongamos remedio a una crisis y lo que está en juego en ella no es solo la salud de nuestros cuerpos vulnerables sino también el estado de una universidad precaria y en estado comatoso: una universidad largamente en crisis. Una manera de poner remedio a esta situación es explorar otros medios para re/mediar (y cambiar de medio) los aprendizajes. Medios físicos o digitales, en contextos presenciales o digitales, lo importante es poner remedio a una crisis acuciante.
One Reply to “Documentos abiertos para una docencia abierta: remediar los aprendizajes”